Por: Karla Motte
La multifacética obra cultural del intelectual mexicano Carlos Monsiváis se desarrolló en el arte, la música, la literatura, el ensayo, la crónica y el periodismo; pero además hay un rubro que fue forjando a lo largo de toda su vida y actualmente forma parte de un legado digno de admiración: la vocación de coleccionista. En vida, Monsiváis se interesó por la manifestación de la cultura mexicana a través de los objetos, por lo que recorrió tiendas, tianguis, mercados y bazares en donde seleccionó cuidadosamente los objetos que, a su parecer, sintetizaban algunos rasgos culturales dignos de conservación. Por eso, en vida llegó a acumular miles de objetos que actualmente son muestra tanto de sus propias inquietudes intelectuales, como un reflejo de la cultura popular.
La colección de Carlos Monsiváis se enriqueció con objetos y artesanías muy diversas: litografías, pinturas, bocetos, maquetas, dioramas, documentos, juguetes, miniaturas, fotografías, carteles publicitarios, etc. Además de sus conocidas aficiones literarias y el amor por los gatos Monsiváis valoraba profundamente las creaciones populares y urbanas, por lo que era sabido que visitaba religiosamente lugares de venta de antigüedades como la Lagunilla, en donde gastaba sumas considerables por el simple gusto de coleccionar. Así, al paso del tiempo la copiosa colección del escritor y cronista defeño, conformó una muestra sin parangón en todo nuestro país.
Con la intención de resguardar y mostrar estos objetos, se creó un Museo; la idea fue apoyada por personajes como el gran amigo de Monsiváis, el monero Rafael Barajas “El Fisgón”, el entonces Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, el empresario Carlos Slim y el periodista Carlos Payán. El propio Monsiváis colaboró en el proyecto y le dio nombre: El Estanquillo, cuyo significado refiere a un lugar con objetos muy variados: denominación muy ad hoc con la ecléctica colección del escritor.
El edificio que se destinó como recinto de este Museo fue el de La Esmeralda, ubicado en el Centro de la Ciudad de México entre las calles Isabel la Católica y Madero. En el siglo XIX este lugar albergó a una lujosa joyería con ese nombre, y en el siglo XX tuvo algunos cambios: fue banco, oficinas de gobierno y hasta discoteca. Finalmente, como parte del amplio Programa de Rehabilitación del Centro Histórico, el edificio fue restaurado desde el año 2003, proyecto que corrió a cargo del arquitecto Gabriel Mérigo Basurto, en colaboración con el Instituto Nacional de Antropología e Historia.
El edificio cuenta con cuatro plantas; en la primera se colocaron las salas “Leopoldo Méndez”, grabador mexicano especialmente admirado por Monsiváis, y “Gabriel Vargas”, caricaturista autor de la famosa historieta La familia Burrón. Además de salas de exposiciones temporales, el Museo tiene salones de eventos y conferencias, salones de impartición de talleres y actividades culturales, una biblioteca y una terraza desde donde se observa la magnificencia del Primer Cuadro del Centro Histórico de la ciudad.
El Museo del Estanquillo fue inaugurado en el año 2006. Desde entonces resguarda, exhibe y difunde algunos elementos de la colección de Monsiváis con exposiciones temporales que giran alrededor de ejes temáticos de la cultura mexicana de los siglos XIX y XX.
*Texto publicado originalmente en Wikiméxico